2. El nombre del asesino

"Si hiciera eso, sería invisible"

En el último mail te conté que si un delincuente es discreto y no cuenta nada de lo que hace, es muy difícil que la Policía lo atrape, aunque aún tienen opciones.

Los patrones.

Los forenses distinguen entre violencia instrumental y violencia expresiva.

La instrumental es la de alguien que quiere hacer daño a otra persona por ira, impulso o venganza.

Pero la de los asesinos en serie es la violencia expresiva.

El concepto de serial killers se acuñó en EEUU en los 70, les define la serialidad pero también que quieren lanzar un mensaje con sus asesinatos. El arma usada, qué elementos “olvidan” en la escena o la postura en la que dejan el cuerpo son firmas que ocultan mensajes, patrones que pueden identificarse.

¿Pero qué pasaría si alguien usara como patrón… la falta de patrón?

Mi hermana es policía, ya te hablaré de ella, y el otro día le hice esta pregunta: “Si un asesino en serie eligiera sus víctimas al azar, sin que fueran pelirrojos, altos o delgados, si matara en cualquier fecha, a distintas o a la misma hora y cada vez en un lugar sin relación con los lugares de los anteriores crímenes, ¿qué pasaría?”

Tras unos segundos, mi hermana me contestó “Si alguien hiciera eso, sería invisible para nosotros. Sería el asesino perfecto”.

El patrón de mi asesino es el azar puro, pero eso lo combina con un método de autocontrol que lleva aplicando años. Por eso es mejor que el guapo de Ted Bundy, que el Dahmer de Netflix, que el nocturno Richard Ramírez o que cualquier otro asesino en serie que haya habido en la historia. Porque los ha estudiado y ha corregido sus fallos.


Por cierto, se llama Elías, y me está llamando justo ahora.

Rene Magritte