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Os explico la portada del nuevo libro

Si no conoces a Antonio Barahona creo que van a entrarte ganas con este mail.

Expone por toda Europa y lo hace retratando la luz de Andalucía. Sí, porque para mí, eso es lo que hace: retratar la luz. Pero… ¿cómo se retrata algo que no tiene retrato? Pues ni p*ta idea, yo solo sé que lo hace.

Es muy pudoroso y nunca lo cuenta, pero tiene su propio verde. Eso quiere decir que hay otros pintores que van a las tiendas de pigmentos y piden “Verde Barahona”. Hay que ser muy jefe para tener un color con tu nombre.

Yo lo quiero mucho, la verdad, y creo que no soy objetivo, pero te recomiendo que mires su Instagram y le sigas porque lo vas a gozar, a ver si tú también estás de acuerdo en que es capaz de retratar la luz y así miras cómo es el “Verde Barahona”.

El caso es que hace unos meses volvíamos los dos solos de la Feria, hablaríamos de las 4 o las 5 de la mañana, cargados para dar dos viajes (adjunto prueba), y comenzamos a hablar de que a veces necesitábamos hacer cosas diferentes a las que hacemos, por mucho que disfrutemos las habituales. En mi caso necesitaba salir un poco de hacer libros de Jiménez y Villanueva, y en el suyo… de retratar la luz.

Recuerdo que íbamos por La Ronda, casi llegando al ambulatorio de María Auxiliadora pero por la otra acera, y le hice la broma de que debería hacer un cuadro de noche. Nunca olvidaré cómo se lo pensó unos segundos, sacó el móvil casi con vergüenza y me dijo algo parecido a esto “Pues mira, en los ratos que tengo libres estoy haciendo justo eso, y lo estoy disfrutando muchísimo”. Y me enseñó esta maravilla.

Yo me quedé perplejo, porque si retratar la luz del día me parecía difícil, retratar la noche me parecía ya imposible. Y Antonio lo había hecho: En aquel cuadro había un paseo por el campo en una noche de luna llena.

Justo entonces yo estaba escribiendo una parte de la novela en la que Elías, el asesino, le explicaba a James, la prota, que todas las personas necesitábamos liberarnos de nuestras jaulas, y que su única diferencia era que él se lo permitía, en este caso, dejando suelto al asesino que llevaba dentro.

Antonio se liberaba pintando la noche, y yo escribiendo esta novela. Por eso, la portada no podía ser otra, y quiero darle las gracias a Antonio por dejarme usar su maravillosa liberación para presentaros la mía.

Sale pronto, pero antes habrá sorpresas, quizá en la Feria del Libro de Sevilla ;)

j.